La señora Victoria Florián Sánchez, quien se encuentra radicada en Alemania y lleva vinculada a la Fundación Dharma desde hace mucho tiempo, a través de un aporte anual, es uno de aquellos seres humanos que decidieron poner en acción su deseo de ayudar a los demás, sin esperar nada a cambio. Su generosidad y solidaridad han hecho posible que la Dharma pueda pagar el arriendo anual de su nueva sede en el barrio San Bernardo para recibir y brindar la ayuda cada día a más familias que enfrentan una difícil situación.

Por otro lado, a este gran equipo de ángeles se suma el doctor Humberto Valderrama, otro ser que conoció de primera mano las necesidades de adaptar la nueva sede para hacer sentir como en casa a los visitantes, apoyando económicamente la remodelación de la casa. Logrando que cada rincón sea muy especial para los niños y mamitas de diferentes regiones del país.

Tomar la decisión de participar en causas que impactan directamente el corazón y el bienestar de cientos de niños con una enfermedad, es una posibilidad que existe para cambiar vidas. Existen muchas maneras de ayudar, la solidaridad y generosidad que identifican a Victoria y a Humberto son ejemplos a seguir que requieren ser conocidos en nuestra sociedad para que juntos podamos transformarla.

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