Yuly y Felipe

En más de una ocasión solemos escuchar en películas o programas de televisión frases sobre el cáncer, tipo: “Tan joven y con esa enfermedad”. o, “esas son las cosas que jamás entenderé de Dios”; y de hecho si, el cáncer es de ese tipo de cosas que uno no puede entender, y más aún cuando le llega a un niño.

Yuly Marcela Bonilla Riaño, de 29 años de edad, es una madre luchadora, de carácter fuerte y con una gran sed de justicia, pues su sueño es ser jueza. Así, tendría todo el poder para brindar justicia al mundo que delimita su vida, pero, lo que no sabía, es que le iba a tocar enfrentarse contra la mayor de las batallas que pueden existir: un hijo con leucemia linfoide aguda.

Proveniente de Puerto Rico, Meta; Yuly, creció rodeada por el conflicto armado, tuvo que presenciar y sentir por mano propia un sin fin de injusticias, y de seguro, a partir de ese contexto es que su vocación como justiciera tomó cuerpo. Ella se estaba preparando, conociendo y entendiendo que debía hacer para ser la mejor jueza y repartir justicia, pero nunca pensó que tendría que luchar una batalla tan dura como lo puede ser tener un hijo con cáncer.

Yulian Felipe, de tan solo seis añitos de edad, es el guerrero que lucha día a día contra la enfermedad, pero es ese vínculo con su madre el que le da esperanzas y energía para mantener el escudo arriba y la sonrisa bien grande. A su corta edad es complicado entender muchas cosas, pero en el fondo de su corazón, quiere salir de esta, y así brindar el tiempo para ver a su madre convertida en una gran jueza. Pues en Fundación Dharma entendemos algo, y es que si Yuly pelea esta batalla y sale victoriosa, no habrá nada en el mundo que la detenga, pues una vez vencida la mayor guerra, para sacar a su hijo adelante, no existe nada que la pueda derrotar.

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