“Mi mayor deseo es que mi Dios me cure a mi hijo y me lo cuide”, afirma Carmenza Bernal, una madre que con su valentía nos enseña que ante las grandes dificultades de la vida, se debe luchar y nunca rendirse; pese a que su hijo Juan David de 16 años, ya perdió una pierna a causa del sarcoma de Ewing, que lo afectó hace 4 años, ella sabe que su hijo es un todo un guerrero quien al igual que ella, desea que pronto le pongan una prótesis, para regresar a estudiar y hacer una vida normal en la Peña Cundinamarca, su pueblo natal.
El sarcoma de Ewing, suele afectar a los adolescentes y adultos jóvenes, es un cáncer que se produce frecuentemente en los huesos o en el tejido blando, alrededor de ellos. No es fácil recibir una noticia de este tipo cuando se es apenas un niño y cuando la necesidad hace que esta familia tenga de desplazarse a la capital a buscar tratamiento. Sin embargo, la situación ha sido un poco más llevadera, cuando en el camino se aparecen organizaciones como DHARMA, que, gracias a la trabajadora social del hospital, logró llegar a ellos, brindándoles la ayuda necesaria, acogiéndolos en su casa, como integrantes de una gran familia que se apoya en medio de las dificultades.
Gracias al apoyo que recibe DHARMA por parte de sus donantes, cada día logramos ser un bálsamo para calmar las angustias que sufren muchas familias, en medio de graves enfermedades, brindando ese alivio y calor de hogar, aún lejos de casa.