“Si no fuera por Dharma, estuviera viviendo en la calle”, afirmó Catheryne Perozo, una venezolana de 33 años, que acompaña a su hija Deryarin, una joven mamá de 16 años y a su pequeño nieto Isaac, quien se encuentra hospitalizado en el Hospital “La Misericordia “ por presentar un cuadro de desnutrición severa.
Catheryne y su esposo, llegaron provenientes de Venezuela hace un año a nuestro país, buscando un mejor futuro. Ellos han pasado por toda clase de trabajos en tiendas de ropa, zapatos,comida rápida, famas, restaurantes, etc, para salir adelante y poder traer a sus 3 hijas de 16, 12 y 9 años, así como a su pequeño nieto Isaac, de 7 meses de nacido a Colombia. Actualmente viven en Mosquera y se ganan la vida trabajando en un autolavado, en una tienda y aseando un apartamento, para finalmente lograr la meta de traer a toda la familia, hace 6 meses.
A pesar como lo afirma Catheryne, la situación acá les ha permitido acceder a las tres comidas diarias, así como a la educación para las niñas de 12 y 9 años, las circunstancias, debido a la inexperiencia de Deryarin, la hija mayor de 16 años, hicieron que el pequeño Isaacs enfermara y por ello terminó en el Hospital “La Misericordia “ el pasado 14 de abril. Sin embargo, por las restricciones aplicadas en los hospitales a causa del COVID-19, no le permitieron a Catheryne quedarse acompañándolos, lo que realmente la dejaba en la calle, ya que Mosquera se encuentra bastante retirado y ella debe a acudir a su hija por ser menor de edad.
Catheryne le da gracias a Dios por ponerle a Fundación Dharma en su camino a través de la trabajadora social del Hospital, ya que le tendieron una mano amiga y fue recibida en la casa con los brazos abiertos por parte de todo el equipo humano que allí labora, además que se encuentra muy cerca del hospital. Allí ella puede pasar la noche, tomar los alimentos y visitar a su hija y nieto. Así, ayudando a otros con amor y gran compromiso, Dharma cumple su misión de apoyar en la enfermedad a quienes más lo necesitan.